Cómo y cúando regar

Cómo regar:

Regaderas: Cuando apenas tenemos unas pocas macetas en el balcón, puede bastarnos con una sencilla y útil regadera.

Manguera: Si son muchas las macetas o las mesas de cultivo y disponemos de una toma de agua en la terraza o el jardín, podemos gestionar bien el riego con una manguera flexible.

Capilaridad: Los sistemas de riego por capilaridad son ideales para balcones, terrazas. Podemos recurrir a las prácticas como los tubos cerámicos.

Riego localizado: Tanto si sólo cultivamos en mesas de cultivo como si tenemos un huerto mediano o grande, los sistemas de riego por goteo localizado resultan un recurso práctico e interesante, ya que aparte de ahorrarnos trabajo nos permiten ausentarnos unos cuantos nos cuantos días sin riesgo de que muestras plantas cultivadas sufran deshidratación o se sequen. En urbaplant presentamos el sistema de riego con goteros i mangueras porosas o de exudación.

La experiencia demuestra que si podemos disponer de una sistema de goteo interlínea con un programador de riego ajustable conseguiremos los mejores resultados con el mínimo esfuerzo y el menor desperdicio de agua

Riego por aspersión son ideales en cultivos en plantas de hoja ancha (acelgas), en las raíces (zanahorias, remolachas) y en las germinaciones de semillas sembradas a voleo. Es el riego más parecido al natural la lluvia.

Cuándo regar:

  • El momento idóneo para el riego depende del sistema empleado, de la climatología y de la estación. El agua suele tener en la mayoría de lugares una temperatura que ronda los 14-15ºC, por lo que podemos usarla para modular o atemperar las temperaturas ambientales.
  • En verano no es conveniente regar al mediodía o con calor intenso, pues puede producir un choque térmico desfavorable para las plantas. Será preferible hacerlo al amanecer y sobre todo al atardecer, lo que reducirá el exceso de calor acumulado en el suelo y por la noche se evaporará menos agua.
  • En invierno podemos regar a cualquier hora, aunque quizá sea preferible hacerlo alrededor del mediodía, evitando el atardecer en las zonas muy frías, pues podría helarse el agua que no haya sido absorbida por la tierra y causar daños a las plantas.
  • Durante los períodos de vientos intensos habrá que evitar los sistemas de riego por aspersión, pues la fuerte evaporación que se produce es esas circunstancias enfriaría demasiado las plantas o la tierra.
  • En las horas de pleno sol tampoco conviene regar por aspersión o con regadera o manguera que mojen las hojas, porque pueden producir quemaduras en ellas por electo lupa de las gotas o por la drástica evaporación provocada por el calor.
  • Con los sistemas de riego por goteo o exudación no tenemos que preocuparnos mucho de la hora de riego, pues la temperatura del agua suele estar pareja a la del suelo y es raro que se produzcan choques térmicos.
  • Cuando algún ha padecido una deshidratación excesiva, cosa que observamos por lo marchito de sus hojas, la inclinación de los tallos y la caída de las flores y frutos, hay que intervenir con rapidez. En casos de emergencia sombrearemos las plantas o esperaremos a la puesta del sol para regarlas con aspersión a intervalos regulares y esperando que entre una aplicación y otra las hojas absorban el agua. Después las regaremos en abundancia.

Ahorrar riego:

Para permitir que cada planta tenga el grado de humedad óptimo en todo momento, presentamos técnicas para ahorrar el uso mínimo de agua.

El acolchado del suelo (mulching) con materias vegetales como paja, restos de cosechas, o con plásticos evitará la excesiva y rápida evaporación e implicará un gran ahorro de agua. Evitan la radiación directa del sol sobre la tierra y reducen sus efectos evaporadores.

En el cultivo de hortalizas se realiza tradicionalmente la labor de bina o escarda para retener la humedad del suelo. Esta operación es interesante se aprovecha simultáneamente  y destruir hierbas adventicias en las primera etapas de desarrollo de las plantas, también es importante en el momento de la floración para mejora del cuajo de las flores. Es habitual en tierras de secano el hacer uso del binado del suelo para romper su capilaridad días después de haber llovido, dado que la capa superior de la tierra tiende a compactarse creando una capa impermeable, al romperla y desorganizar los poros capilares conseguimos mantener a nivel de las raíces durante mayores períodos de tiempo el agua suficiente para el desarrollo adecuado de las plantas.


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